Una de mis escenas favoritas del Padrino es cuando Marlon Brando,
mientras juega con su nieto en un tomatal, muere de viejo en su plácido retiro.
La escena es neutral, casi aséptica, desposeída de cualquier heroicidad o
sentimentalismo impostado. Don Vito es aquí un abuelo feliz con su nieto, la
encarnación del amor filial y la ternura. Solo la cara deformada por la rodaja
de limón introduce una sospecha de que hay algo siniestro en todo esto. Nosotros
lo sabemos: don Vito es un cabrón con pintas, un ser humano que durante toda su
vida ha extorsionado, asesinado y chantajeado para lucrarse sin escrúpulos.
La pregunta que se nos plantea entre tomates en una cálida
tarde de verano es la siguiente: puede este monstruo albergar ternura y amor sincero?
Pueden convivir en el mismo ser humano la falta de empatía con el nieto del
vecino y el amor incondicional por el propio? Posiblemente si.
Algo huele a podrido en Dinamarca |
No existen los malos redondos, sin fisuras, de una maldad
inmaculada en definitiva, no existen los malos de Van Damme, existen los Don
Vitos y los Tonys Soprano que sufren ataques de ansiedad ante la vorágine
moderna. Hasta al más sanguinario de los dictadores se le salta una lagrimita
con los Puentes de Madison o se
desvive por su perro. También es muy humano considerar al enemigo como el compendio
de todos los males: el enemigo disfruta atropellando viejas, le huele el
aliento y seguro que se recrea en los discos de Bustamante. Esta
deshumanización del contrario es la salsa de todas las guerras y el boomerang
que alimenta odios de todos los colores, y no hay gobierno que no se haya
aprovechado de ello echando leña al fuego.
Como cinéfago que soy, de mis miles de horas de vuelo frente
a pantallas de distintas pulgadas he extraído la enseñanza de que, por muy en
contra que estemos de la opinión de algunos, es muy posible que en su fuero
interno ellos crean que están haciendo lo correcto y que no coman niños en
orgías satánicas.
Vale, entonces me diréis: ¿como se explica este guiso que
están haciendo entre el gobierno, los banqueros, la CEOE, la eléctricas, el FMI
y el Sursum Corda si no es con pura maldad?.
Ni puta idea, os respondo angustiado. Llegados al punto en
el que nos encontramos, con una guerra abierta contra la decencia, estoy al
borde de rendir mi beneficio de la duda. Que unos señores que tienen mucho,
arruinen la cosa pública para justificar su privatización y luego se sienten en
el consejo de administración de la empresa beneficiada, parece el argumento de
una peli mala, donde el héroe acaba desenmascarando al malvado político
mientras besa niños en una cena de recaudación de fondos para el partido. Pero
que lo desenmascare y no solo no huya atravesando una ventana con trágicos
resultados, sino que se detenga al denunciante por terrorista es de un sadismo
del que no es capaz ni Lars Von Trier con almorranas.
No puede ser, tiene que haber otra explicación. Porque la
teoría de una macro conspiración de policías, jueces, profesores, médicos,
funcionarios, periodistas y amas de casa de pelo naranja, sin duda reclutados por
la más brillante mente criminal que ha visto el mundo bajo las siglas S.S.D.A.G.I.D.C.P.E.
(Sociedad secreta para desprestigiar al gobierno e instaurar la dictadura del
proletariado en España) que este tergiversando la realidad mostrándonos
como desalmados a sufridos
benefactores de la sociedad, nos devuelve al cine más palomitero.
¿Puede ser que la avaricia haya triunfado definitivamente? Y
si es así, ¿cómo han fallado todos los mecanismos de la conciencia de los que
se han entregado a ella con frenesí? En definitiva: ¿qué ha pasado para que ni
siquiera nuestros malos estén a la altura del cine de Coppola? ¡qué digo
Coppola! ¡Ni de un modesto Christopher Nolan!
Es en estos momentos de desamparo en los que uno se siente
perdido y desconcertado donde echo mano de EL LIBRO en busca de respuestas: El origen de las especies del bueno de Charles
Darwin es mucho mas que un tratado de biología, la poderosa idea que encierra
es capaz de explicar muchas mas cosas que la forma de los peristilos de una
petunia salvaje. Pero aun mejor es su versión depurada: El gen egoísta de Richard Dawkins. Para Dawkins es el gen y no la
especie el verdadero objeto de la supervivencia y nosotros no seríamos más que
“máquinas de supervivencia” de genes que han evolucionado hacia formas cada vez
más complejas para adaptarse al medio.
Transplantado este razonamiento al mundo intangible, existen
ideas que son capaces de transmitirse como un organismo vivo luchando por su sobrevivir
en un entorno al que han adaptarse, un entorno que en este caso es la cultura cambiante,
que en algún momento las amamantó. El mismo Dawkins acuñó el termino meme –que
tiene su raíz en el vocablo anglosajón gene- para referirse a estas unidades de
información cuya supervivencia también se rige por el mecanismo evolutivo de
adaptación al medio.
Si aceptamos que una avaricia voraz esta detrás de las
decisiones de nuestros malos, podría ser útil observar su comportamiento a la
luz de las teorías evolucionistas: la avaricia como meme que necesita “maquinas
de supervivencia” ideológicas para sobrevivir en un ecosistema cultural
agresivo y hostil. Estas máquinas de supervivencia intelectuales no serían más
que justificaciones a una conducta reprobable, razonamientos cuyo ingrediente
principal no es la búsqueda de la verdad sino el acallar conciencias, resistir
los envites de la revolución ética que han experimentados nuestras sociedades
desde la ilustración.
Ilustrativo de lo que intento decir es esta joya de tuit,
respecto al sesión especial del Congreso en agosto de 2013 con motivo de las
mentiras de Rajoy respecto al caso Bárcenas:
“Os extraña que haya gente
que asegure que Rajoy ganó. Pero sólo demuestra lo bella que es la mente humana
intentando no hacer catacroker” @medicblasto
Hablamos en definitiva de la coartada ética que justifica el
expolio de los más débiles y los supremacía de una casta de privilegiados. (donde
digo casta digo estirpe, como defiende un delirante Rajoy en estos
articulos publicados en el Faro de Vigo y donde confunde igualdad biológica con
igualdad jurídica, filosófica o cualquier otra que quieran ustedes pensar, la
criatura. Otro día comentamos lo anecdótico de tener un presidente del gobierno
con un pensamiento peligrosamente afín a la supremacía de la raza). Ahí han
estado siempre la religión sacando bajo palio a dictadores por la gracia de Dios
o la criminalización de los pobres por vagos, los pueblos elegidos (y no hay pueblo que no se haya creído el pueblo elegido), la obediencia debida, la
fatalidad del destino y otros mecanismos de anulación de la culpa.
Es este un argumento de ida y vuelta, no quiero caer en la
arrogancia de pensar que esta autojustificación no se aplica al que suscribe, que
tendrá sus fobias y sus manías como todo el mundo y que seguro que me susurran
al oído lo bien razonadas que están y lo equivocado que está el resto del mundo.
Pero nunca me acabó de convencer el posmodernismo por no ser yo dado al glamour
académico, y para ligar confié mas en tocar la guitarra que en dármelas de
intelectual, así que confío en poder defender mis argumentaciones sin
malcriarlas. Al menos yo no he robado a los pobres para dárselo a los ricos.