Presentación

¡Escucha valiente lector que te aproximas a las procelosas aguas de este blog! oye el consejo de los Dioses de la red y antes de sumergirte, lee esta entrada que es a la vez carta de navegación y aviso a navegantes

lunes, 16 de diciembre de 2013

La belleza de la mente humana intentando no hacer catacroker


Una de mis escenas favoritas del Padrino es cuando Marlon Brando, mientras juega con su nieto en un tomatal, muere de viejo en su plácido retiro. La escena es neutral, casi aséptica, desposeída de cualquier heroicidad o sentimentalismo impostado. Don Vito es aquí un abuelo feliz con su nieto, la encarnación del amor filial y la ternura. Solo la cara deformada por la rodaja de limón introduce una sospecha de que hay algo siniestro en todo esto. Nosotros lo sabemos: don Vito es un cabrón con pintas, un ser humano que durante toda su vida ha extorsionado, asesinado y chantajeado para lucrarse sin escrúpulos.
La pregunta que se nos plantea entre tomates en una cálida tarde de verano es la siguiente: puede este monstruo albergar ternura y amor sincero? Pueden convivir en el mismo ser humano la falta de empatía con el nieto del vecino y el amor incondicional por el propio? Posiblemente si.
Algo huele a podrido en Dinamarca

No existen los malos redondos, sin fisuras, de una maldad inmaculada en definitiva, no existen los malos de Van Damme, existen los Don Vitos y los Tonys Soprano que sufren ataques de ansiedad ante la vorágine moderna. Hasta al más sanguinario de los dictadores se le salta una lagrimita con los Puentes de Madison o se desvive por su perro. También es muy humano considerar al enemigo como el compendio de todos los males: el enemigo disfruta atropellando viejas, le huele el aliento y seguro que se recrea en los discos de Bustamante. Esta deshumanización del contrario es la salsa de todas las guerras y el boomerang que alimenta odios de todos los colores, y no hay gobierno que no se haya aprovechado de ello echando leña al fuego.
Como cinéfago que soy, de mis miles de horas de vuelo frente a pantallas de distintas pulgadas he extraído la enseñanza de que, por muy en contra que estemos de la opinión de algunos, es muy posible que en su fuero interno ellos crean que están haciendo lo correcto y que no coman niños en orgías satánicas.
Vale, entonces me diréis: ¿como se explica este guiso que están haciendo entre el gobierno, los banqueros, la CEOE, la eléctricas, el FMI y el Sursum Corda si no es con pura maldad?.
Ni puta idea, os respondo angustiado. Llegados al punto en el que nos encontramos, con una guerra abierta contra la decencia, estoy al borde de rendir mi beneficio de la duda. Que unos señores que tienen mucho, arruinen la cosa pública para justificar su privatización y luego se sienten en el consejo de administración de la empresa beneficiada, parece el argumento de una peli mala, donde el héroe acaba desenmascarando al malvado político mientras besa niños en una cena de recaudación de fondos para el partido. Pero que lo desenmascare y no solo no huya atravesando una ventana con trágicos resultados, sino que se detenga al denunciante por terrorista es de un sadismo del que no es capaz ni Lars Von Trier con almorranas.
No puede ser, tiene que haber otra explicación. Porque la teoría de una macro conspiración de policías, jueces, profesores, médicos, funcionarios, periodistas y amas de casa de pelo naranja, sin duda reclutados por la más brillante mente criminal que ha visto el mundo bajo las siglas S.S.D.A.G.I.D.C.P.E. (Sociedad secreta para desprestigiar al gobierno e instaurar la dictadura del proletariado en España) que este tergiversando la realidad mostrándonos como  desalmados a sufridos benefactores de la sociedad, nos devuelve al cine más palomitero.
¿Puede ser que la avaricia haya triunfado definitivamente? Y si es así, ¿cómo han fallado todos los mecanismos de la conciencia de los que se han entregado a ella con frenesí? En definitiva: ¿qué ha pasado para que ni siquiera nuestros malos estén a la altura del cine de Coppola? ¡qué digo Coppola! ¡Ni de un modesto Christopher Nolan!
"hay hombres que no buscan nada lógico, como dinero. No puedes comprarlos, intimidarlos, convencerlos, ni negociar con ellos. Hay hombres que solo quieren ver arder el mundo", Joker, delincuente honesto pero poco poliédrico.

Es en estos momentos de desamparo en los que uno se siente perdido y desconcertado donde echo mano de EL LIBRO en busca de respuestas: El origen de las especies del bueno de Charles Darwin es mucho mas que un tratado de biología, la poderosa idea que encierra es capaz de explicar muchas mas cosas que la forma de los peristilos de una petunia salvaje. Pero aun mejor es su versión depurada: El gen egoísta de Richard Dawkins. Para Dawkins es el gen y no la especie el verdadero objeto de la supervivencia y nosotros no seríamos más que “máquinas de supervivencia” de genes que han evolucionado hacia formas cada vez más complejas para adaptarse al medio.
Transplantado este razonamiento al mundo intangible, existen ideas que son capaces de transmitirse como un organismo vivo luchando por su sobrevivir en un entorno al que han adaptarse, un entorno que en este caso es la cultura cambiante, que en algún momento las amamantó. El mismo Dawkins acuñó el termino meme –que tiene su raíz en el vocablo anglosajón gene- para referirse a estas unidades de información cuya supervivencia también se rige por el mecanismo evolutivo de adaptación al medio.
Si aceptamos que una avaricia voraz esta detrás de las decisiones de nuestros malos, podría ser útil observar su comportamiento a la luz de las teorías evolucionistas: la avaricia como meme que necesita “maquinas de supervivencia” ideológicas para sobrevivir en un ecosistema cultural agresivo y hostil. Estas máquinas de supervivencia intelectuales no serían más que justificaciones a una conducta reprobable, razonamientos cuyo ingrediente principal no es la búsqueda de la verdad sino el acallar conciencias, resistir los envites de la revolución ética que han experimentados nuestras sociedades desde la ilustración.
Ilustrativo de lo que intento decir es esta joya de tuit, respecto al sesión especial del Congreso en agosto de 2013 con motivo de las mentiras de Rajoy respecto al caso Bárcenas:
“Os extraña que haya gente que asegure que Rajoy ganó. Pero sólo demuestra lo bella que es la mente humana intentando no hacer catacroker” @medicblasto  
Hablamos en definitiva de la coartada ética que justifica el expolio de los más débiles y los supremacía de una casta de privilegiados. (donde digo casta digo estirpe, como defiende un delirante Rajoy en estos articulos publicados en el Faro de Vigo y donde confunde igualdad biológica con igualdad jurídica, filosófica o cualquier otra que quieran ustedes pensar, la criatura. Otro día comentamos lo anecdótico de tener un presidente del gobierno con un pensamiento peligrosamente afín a la supremacía de la raza). Ahí han estado siempre la religión sacando bajo palio a dictadores por la gracia de Dios o la criminalización de los pobres por vagos, los pueblos elegidos (y no hay pueblo que no se haya creído el pueblo elegido), la obediencia debida, la fatalidad del destino y otros mecanismos de anulación de la culpa.
Es este un argumento de ida y vuelta, no quiero caer en la arrogancia de pensar que esta autojustificación no se aplica al que suscribe, que tendrá sus fobias y sus manías como todo el mundo y que seguro que me susurran al oído lo bien razonadas que están y lo equivocado que está el resto del mundo. Pero nunca me acabó de convencer el posmodernismo por no ser yo dado al glamour académico, y para ligar confié mas en tocar la guitarra que en dármelas de intelectual, así que confío en poder defender mis argumentaciones sin malcriarlas. Al menos yo no he robado a los pobres para dárselo a los ricos.


lunes, 18 de noviembre de 2013

La terrible secta de los literales


Hay un viejo mantra que reza que uno solo es capaz de razonar hasta donde es capaz de expresarse. Supongo que semejante afirmación tendrá su respaldo científico en alguna rama de la semiótica, la neurocirugía o la sicología experimental, también su correspondiente argumentación en contra. Es una reflexión seductora y su eco es muy fácil de identificar en la realidad. Es de esas cosas que se confirman en cualquier reposición del callejeros

Sin embargo podemos estar ante una frase a 0,60 € de las que canta Ojete calor, yo por lo menos he sido víctima de algún callejón sin salida semántico, donde la evidencia tangible escondía otra realidad más huidiza que no encontraba su materialización en el lenguaje. Es más, aquel servía para ocultarla y negar su existencia, cual rueda de prensa posterior a un consejo de ministros.
Por eso al pequeño intelectual gafapasta que llevo dentro se le iluminó la carita cuando, por casualidad escuchó lo siguiente: el mensaje ES el contexto. Sé que la frase original, pronunciada por Marshall McLuhan, es el mensaje es el medio, pero a mi la idea me llego así y yo la prefiero. De repente se añadió una nueva dimensión a mi relación con la realidad. Ya no es que no dependiera únicamente de la capacidad de expresarla, es que cambiaba la materia de que está hecho el pensamiento y su traducción al lenguaje.
Miremos el mundo bajo el nuevo prisma y verán como se explican muchas cosas que antes lográbamos intuir, pero que se resistían a cobrar forma bajo la tiranía de la palabra desnuda, sobre la que se apoyaban nuestras argumentaciones.
Ustedes saben, como yo, que la bandera de España es un símbolo que representa la nación española, y que, siendo generoso, aúna la identidad de lo español. Bien. ¿A que el mensaje que ustedes perciben al ver la bandera en el cuello de un polo Ralf Lauren vestido por un varón de mediana edad a los mandos de un Porche Cayenne circulando por la calle Serrano difiere notablemente de la misma bandera impresa en la camiseta de la selección española no oficial que luce desgarbada sobre un inmigrante nigeriano que vende imitaciones de bolsos de TOUS huyendo de los municipales por la calle preciados? Es la misma bandera si, con su unívoco mensaje, pero intuyen que hay algo más: ustedes reciben informaciones casi opuestas! 
Misma marca, diferente mensaje: la magia del contexto (Nota: al autor le fue imposible encontrar una imagen de un inmigrante con la camiseta de la selección española, aunque puede jurar sobre el rosario de su madre que tal circunstacia la ha visto con sus propios ojos)


Apliquemos nuestra formula y Hop! Todo cobra sentido ahora! En ambos casos el mensaje expreso se contradice con el tácito; el mensaje es realmente el contexto! en un desprecio a las instituciones (en el segundo caso) que Gallardón no dudaría en hacer punible si fuera capaz de captar la sutileza del asunto. 
Del mismo modo, ustedes saben que la afirmación “No me pasa nada” puede esconder terribles implicaciones.
Tampoco es que haya descubierto la pólvora, llevamos leyendo entre líneas de forma intuitiva desde los albores de la especie, aunque la formulación radical de McLuhan es reveladora por descorrer el velo que dividía lo tácito de lo evidente y demostrar que es lo primero, y no lo segundo, el meollo de la cuestión: pesa más lo que no se dice que lo dicho.
Claro que no todo el mundo quiere enterarse. Existen guardianes de la literalidad, ¿acaso son congéneres privados de la facultad de entender el contexto? alguno habrá, pero me temo que es mas turbio cómo y de que manera que cantaba Serrat. La literalidad, para estos sujetos, es un arma de propaganda Orwelliana, una trinchera que oculta una realidad incómoda. Un látigo de siete colas con la edición en tapa dura del diccionario panhispánico de dudas en cada punta. Un miembro de la secta literalista creerá en la bandera como símbolo sagrado e inequívoco sin atender a la circunstacia y despreciará por igual aquellas otras que no respeten la literalidad del artículo 4 de la Constitución Española, da igual que sea la de los Tirios que la de los Troyanos.
Que quieren que les diga, yo le he cogido un poco de tirria a la bandera rojigualda. Alguno me tachará de antipatriota, de perroflauta e incluso de antisistema radical. Y no es que la combinación de colores me resulte poco afortunada ni que me haya aliado con la pérfida albión, tampoco soy fan del nacionalismo separatista, es que, como admirador del mosaico de matices que nos ofrece la circunstacia, veo muchos mensajes que no me agradan detrás de una simple tela de colores. Incluso cualquiera diría que un sector muy determinado de la sociedad, de ideología y poder adquisitivo reconocidos, se ha apropiado de la bandera como signo identitario.
Si quieren lo discutimos, pero por favor, teniendo en cuenta los particulares del mensajero.

martes, 22 de octubre de 2013

De John Lennon al tribunal de Estrasburgo


Durante bastante tiempo de aquel 2001 todo estuvo impregnado por el humo del 11 de septiembre. Como si las cenizas se hubieran posado no solo sobre las calles de Nueva York, sino sobre las conciencias de los habitantes del planeta entero. Y durante bastante tiempo también esa ceniza mantenía todo en un estado catatónico, borroso, que impedía ver el alcance real de los atentados. Todo el mundo intuía la enormidad de sus consecuencias, pero la manera en que cambió los detalles más ínfimos de la existencia la descubriríamos poco a poco durante muchos años.
El caso es que durante el primer mes respirábamos un ruido sordo, infranqueable, que eclipsaba todo detrás del 11 S. De aquel muro que nos pasó por encima yo recuerdo una noticia que me llamó la atención. Recuerdo incluso que la oí mientras conducía: varias radios estadounidenses habían vetado la emisión de Imagine de John Lennon por considerarla , bueno no se muy bien que pensaron esos señores, pero supongo que inapropiada o antipatriótica o alguna estupidez por el estilo.
Y pensé: “si eso es cierto, han ganado. Esta noticia es una rendición al terrorismo en toda regla”.  La verdad es que se trataba de una lista de canciones que las emisoras se abstenían de programar voluntariamente, pero solo su existencia me avergonzó. (Nota para la reflexión: sentir como propia una derrota de Estados Unidos y del Occidente en general). Más tarde George Bush confirmaría los peores temores con la Patriot Act.

George sigue sin entender nada y le va bien

Al igual que un signo equivocado en una ecuación compleja invalida el resultado final, por muchos cálculos que conformen su desarrollo, la conculcación de los Derechos Humanos tira por tierra toda la construcción del Estado de Derecho. Del mismo modo, la horadación de cualquiera de los tres pilares lo sostienen -sometimiento a la ley que emana del pueblo, único repositorio de la soberanía nacional, la separación de poderes y un listado de derechos que son infranqueables- convierte la democracia en una pantomima.
Los Derechos Fundamentales son la línea roja que no se ha de rebasar aunque la mayoría estuviera de acuerdo en legislar en contra. Son la consecuencia inevitable de que, como creo, todos los hombres nazcamos libres e iguales y provistos de dignidad.
Esta arquitectura, esta casa, es lo que habría de llamar mi patria. Su respeto escrupuloso se ganaría mi orgullo y ser español sería motivo para ir con la cabeza alta si ello equivaliese a un verdadero estado de Derecho. Esta España de misa, toros, ladrillos y emprendedores coreando a la selección española esta muy lejos del patriotismo que pretendo,  que además no es excluyente sino exportable, hasta el punto de dejar sin sentido el territorialismo en el que tradicionalmente se fundamenta. Mi patria es aquella idea, que la quiero tanto para mi país como para todo el mundo.
Pero el asunto es más grave que todo eso. España es uno de los países donde el Estado de Derecho ha sido más salvajemente prostituído en dos frentes: en la lucha contra ETA y en la ocultación de los casos de corrupción de los principales partidos políticos.
En la lucha contra ETA en este país ha valido todo, y eso, al igual que sucedió con el 11S, supone una prematura derrota. No se puede luchar contra quienes no respetan el Estado de Derecho saltándose a la torera el Estado de Derecho. No se puede torturar, violar los mas básicos principios de derecho procesal, como la irretroactividad de las normas penales, ni crear una legislación especifica que limita derechos fundamentales a medida de determinadas personas. Hemos llegado al extremo de crear un organismo, la Audiencia Nacional, heredera del franquista tribunal de Orden Público, cuya especial idiosincrasia y jerarquía es determinada por la materia a juzgar, que en su origen fue la de terrorismo, contraviniendo el principio del juez natural.
La sentencia del tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos sólo ha dicho lo evidente: que hay Derechos Humanos que se están violando y que no se puede consentir.  Todos los sectores conservadores del país han puesto el grito en el cielo. Si cuestionas la separación de presos o la doctrina Parot se te tacha automáticamente de filoetarra, a la vez que se apela al discurso hiperemotivo del dolor de las víctimas. Además de demagógico es de una cochambrez moral insultante. Es también rayano en la esquizofrenia la defensa a ultranza de la seguridad jurídica por parte del espectro cavernario a la vez que se traga con todas estas ruedas de molino.

Períódicos españoles haciendo el ridículo

Solo una mentalidad muy mezquina confunde la defensa de los Derechos Humanos -sin excepción- con la aprobación de los actos terroristas. Es justo lo contrario: ceder un ápice en la batalla por los derechos es una victoria de quienes no los respetan, porque el fin nunca justifica los medios.

Bola Extra: pese a los esfuerzos de aquel directivo bienintencionado pero con una peculiar visión del mundo libre, Imagine conoció una segunda juventud tras el 11S, convirtiéndose en himno de quien oponía a la barbarie los ideales a los que canta la canción, como el fuerte que realmente se debía defender de los extremismos, como el objetivo hacia el que debe tender el avance del ser humano, como, en definitiva, el objetivo que realmente quieren tumbar los poderosos, estén en el bando que estén. Neil Young lo tuvo muy claro en “A Tribute to Heroes”, un programa de estrellas para recaudar fondos para las victimas, emitido el 21 de septiembre.


jueves, 10 de octubre de 2013

Reflexiones de un padre novato


Hay un salto evolutivo –o involutivo, según se mire-, en la vida de algunos seres humanos: el momento de crear descendencia. No está en mi intención despreciar a quien, con un criterio deudor de todo respeto, decide no pasar por la paternidad. Es una opción valida y en algunos casos muy razonable. Pero como soy uno de los que si que dieron el paso, puedo asegurar que toda tu vida sufre tal terremoto que apenas si se pueden distinguir los restos de la vida pasada después del seísmo.
Tener un hijo –y apenas llevo un año en el oficio- es una tarea abrumadora para la que nunca se está suficientemente preparado. A mi me desborda por todos los frentes y acaba convirtiéndose en un juego de malabares con copas de cristal donde siempre hay una a punto de dar con el suelo. Yo reflexionaba circunspecto, antes de tener a mi hijo, que debía dar el paso sólo siendo consciente de la enorme responsabilidad que se me venía encima. No tenía ni idea. Pero ni idea.
La cuestión es que ya parece que la criatura no solo ha sobrevivido, sino que se cría que da gloria verlo y las primeras –y mas primitivas- preocupaciones empiezan a dar paso a otras más “espirituales”, y empleo la palabra espirituales encerrándola entre comillas por que me es muy antipática y no quiero que el olor de sus connotaciones impregne mis razonamientos. Más que espirituales prefiero intelectuales.
De un tiempo a esta parte el intelecto de mi pequeño asoma con cada vez más frecuencia. A veces en forma de sentido del humor, a veces como razonamiento lógico, a veces asociando ideas, lugares u objetos. Es fascinante y emocionante al mismo tiempo. Cuando se trataba de alimentar, cambiar pañales y evitar que se estampe contra el suelo la tarea es cansada, pero en general uno sabe que ha de hacer, o al menos cual es el objetivo (que este bien alimentado, que este limpio, que este sano, que no se estampe, el cómo ya es otro cantar), pero cuando eres repentinamente consciente de que en tu mano esta también malear la personalidad de este pequeño ser humano empiezan a sudarte las manos; no solo no sabes cómo se hace, es que no sabes adonde quieres llegar. O al menos no lo tienes tan claro.
Sí, es cierto que un porcentaje enorme de su personalidad viene determinado por su genética, pero es evidente que tú vas a ser una influencia determinante en el desarrollo de una persona, aunque solo sea porque, al igual que te ocurrió a ti con tu padre, muchas de sus decisiones van a estar encaminadas a buscar tu aprobación, como si tu criterio fuese más pesado que cualquier otro.

Luke sopesando el peso de la paternidad frente a la fuerza de la gravedad

Entonces es cuando te das cuenta de que la mayoría de las decisiones encaminadas a educar a tu hijo son fruto de la improvisación, están guiadas por criterios vagos pero inconexos y aunque se van hilando en eso que llaman tener sentido común, no existe un plan maestro que aporte solidez a nuestras decisiones y lo que es más grave: no hay un destino claro a donde queramos llegar. La pregunta en definitiva que nos asalta como el bandido Fendetestas en mitad del bosque es: ¿qué persona quiero yo que sea mi hijo?
Por supuesto yo quiero que mi hijo sea feliz y que busque su propio camino. Pero decir eso y nada es lo mismo.  La felicidad es uno de los conceptos más sobrevalorados de la humanidad por hueco, no aporta nada productivo a la discusión. Pero si que tengo claro que mi misión como padre es que alcance el mayor grado de independencia posible en todos los campos, emocional, ideológico, físico y económico. Ya tenemos algo, aunque sea a costa de que un día se vaya de mi lado.  También quiero que sea buena persona, y de nuevo me veo desbordado por el concepto. Solo tengo un punto de arranque: no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti.  
Por otro lado la elección de cualquier modelo sería necesariamente reduccionista, la complejidad de cualquier persona sobrepasa con mucho nuestra capacidad de sintetizar. Buscaríamos una referencia en una construcción falsa y que apenas trazaría los contornos de las luces y las sombras de el mas simple de nuestros congéneres.
La mitad de la colosal tarea de hacer de mi hijo una persona completa y libre será llevada a cabo por otros en la escuela, el instituto y la universidad. Hay quien dice que mi tarea como padre es educar al niño y la de la escuela es enseñar. No me parece mal, pero la frontera entre ambas cosas no me resulta tan diáfana.
Desde pequeño en mi casa se ha tenido en muy alta estima la cultura, hasta el punto que ha servido como causa de diferenciación social, de “categoría” o de referencia moral. Sin embargo ni siquiera la supuesta élite cultural de este país –de la que he tenido noticia de primera mano- está a salvo de las mas bajas pasiones. Mientras se me inculcaba el amor por la cultura he podido comprobar que la acumulación de conocimientos no lleva aparejado ser mejor persona ni tener razón. En el otro lado de la moneda he conocido gente humilde con arraigados principios éticos cuya sencillez no les restaba un ápice de sabiduría. Todo ello me ha hecho replantearme la ecuación que asocia nivel cultural con categoría humana.
Las medallas dicen "soy lo más de la élite" pero las patillas dicen "vivo la vida a tope"

Y sin embargo pienso que la cultura es imprescindible para construir personas.
Pero la cultura no solo es acumulación de conocimiento, ni agilidad mental para el cálculo, ni tampoco la capacidad de relacionar ideas lejanas, reconocer y valorar estilos artísticos o tener una extrema sensibilidad para la música barroca, que también. Hace poco leía que la intelectualidad más erudita a principios del siglo XX era la alemana y ya ven.
¿Entonces que es lo que aporta “categoría humana” a una persona? ¿Que le hace mejor persona en definitiva? Muchas nuevas pedagogías han intentado dar respuesta a estas preguntas, todas ellas por oposición al modelo de acumulación de conocimientos de forma acrítica y por la apuesta por áreas de conocimiento de carácter más abstracto (inteligencia emocional, capacidad de asociación, etc.…).
Sin ser ningún experto en la materia, mi impresión sobre estas nuevas pedagogías –y partiendo del hecho de que son necesarias como lo es cualquier debate sobre cualquier materia- me plantea dos cuestiones: en primer lugar la oposición al sistema “antiguo” que podría negar sus posibles bondades; a veces memorizar datos también es necesario y el esfuerzo, piedra de toque de las mentalidades más conservadoras, es, desgraciadamente, un camino que ha de transitar cualquiera que pretenda evolucionar. La segunda es el quid de la cuestión. Todas las teorías de la nueva pedagogía inciden en la construcción de un ser humano libre y en el desarrollo del espíritu crítico del individuo. Y no podríamos estar más de acuerdo, pero tengo la impresión de que no hemos resuelto la incógnita.
Enseñar a pensar podría ser el resumen del ideario que nos une a mi y a la nueva pedagogía. Pero al mismo tiempo una duda terrible cobra forma en mi pensamiento. Quienes tal cosa pretenden, los teóricos, los maestros con vocación, yo mismo, ¿sabemos realmente pensar?, ¿nos consideramos seres plenamente autoconscientes y libres en nuestras decisiones con cerebros a prueba de supersticiones acientíficas armados con un envidiable pensamiento crítico? ¿Tenemos en nuestro ajuar un arsenal de conocimientos que nos permiten tomar las mejores decisiones? ¿Quien que conozcamos podría considerarse un éxito del sistema educativo?
La respuesta a todas estas preguntas son las mismas preguntas.
Divagando sobre el tema quise pensar en alguien que representase para mi todas la cualidades que debe tener un ser humano. Un nombre me vino a la cabeza: Carl Sagan. No se me ocurre un hijo de quien un padre pudiera estar más orgulloso. Deseé poder mirar por un agujerito la infancia de Sagan, robar la fórmula mágica que sus padres encontraron para construir tan espléndido ser humano. Busque entre sus biografías alguna pista. Como era predecible no fue de gran ayuda; Sagan procedía de una familia de judíos liberales humilde que emigró a Nueva York. Solo había un dato cualitativo que todas las biografías, sin excepción, consideraban digno de ser mencionado: ambos padres promovieron la natural curiosidad insaciable del muchacho.
La curiosidad, pensé, esa es la clave. Preguntar sin parar, cuestionar y ser consciente de la inmensidad de cosas que aun desconocemos. Esa modestia es quizá la pieza que encauza la cultura hacia la ética. La que hace personas cultas y por tanto independientes y por tanto libres buenas personas.
No quiero que mi hijo sea Carl Sagan, por mucha falta que hagan más como él, quiero que sea curioso y que pregunte. Y no le quiero decir que lo se todo, sino que hay muchas cosas que no sabemos y muchas mas que yo no se, pero a las que quizá él, en un futuro, sepa dar respuesta.

viernes, 20 de septiembre de 2013

El increíble hombre burbuja


Poco después de la masacre de Breivick en Noruega me encontraba yo cenando en Roma con unos amigos (se que la referencia a Roma es innecesaria pero yo también me las quiero dar de viajado). Había trascendido la noticia de que el asesino tenía tendencias ultracatólicas y de extrema derecha. El tema sirvió de sobremesa, y yo, ácrata e imprudente, lance sobre el mantel este detalle, que fue recogido como un guante por mis interlocutores que profesaban la fe del Vaticano. Rápidamente se afanaron en desvincular las posibles motivaciones religiosas del psicópata con sus actos. Ahí comprendí que me metía en un jardín de consecuencias imprevisibles y la estancia en Roma estaba siendo agradable, así que reculé, pero no pude resistirme a dejar la firma del zorro. Quise zanjar el tema con la frase del premio Novel (si, caí en la falacia de autoridad, mea culpa) Steven Weinberg:
Con o sin religión siempre habrá buena gente haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta la religión.
Fue una retirada en falso, ya que encendió un poco los ánimos. Mis interlocutores optaron por la defensa de la diferencia, viniendo a decir que las cosas malas se dan en el Islam y otras religiones de salvajes, pero que el cristianismo es la buena, la pata negra, la civilizada, prácticamente la cuna de la democracia y la garante de los derechos humanos. Vamos que el Papa no se había inventado la alianza de civilizaciones porque eso es una cosa de socialistas.
Quise argumentar que la base teórica de todas las religiones sin excepción es exactamente la misma y que si en occidente hemos tenido algún conato de democracia ha sido a pesar de la religión y no precisamente gracias a ella, pero afortunadamente, el camarero vino a por la comanda y la sangre no llegó al río.
He venido comprobando que este razonamiento donde el individuo piensa que las cosas pasan en otro sitio o en otra época esta asombrosamente extendido entre nosotros; este “pensamiento burbuja” es aquel que excluye cualquier conflictividad de nuestro entorno y crea una sensación de falsa seguridad, de continuidad y estabilidad ad aeternum que no resiste el más mínimo análisis crítico. En algunos casos, los logros conseguidos se tienen como inmutables, en otros el pasado ignominioso es una nebulosa que no puede regresar. Hay veces en los que una inexplicable configuración genética impide que nosotros caigamos en barbaridades que sólo pasan en el extranjero. Aquí eso no podría pasar, ahora las cosas son muy distintas… 

Pobreza? en el siglo XXI? en España?  no lo creo

Para el burbujista la policía torturaba, si , pero eso era antes, ahora los guardias civiles son amables ciudadanos que te ayudan si tu coche se avería. Para el burbujista todo el aparato de la dictadura se evaporó allá por el 75 y todo se volvió respeto a los Derechos Humanos y a la convivencia. Para el burbujista quien defendía ferozmente las leyes fundamentales del Régimen acata, sin asomo de paradoja, la Constitución del 78 y forma parte, con total normalidad democrática, del partido en el gobierno.
Últimamente han reaparecido en las noticias muchas manifestaciones de carácter indiscutiblemente fascista. No se lo llamamos nosotros, los protagonistas de estos actos llevan a gala tal denominación y reivindican el fascismo con descaro. Para el burbujista, este fenómeno es una anomalía despreciable, algo que pertenece al pasado y a países menos desarrollados (como Grecia). Una pincelada pintoresca en el apacible cuadro que surgió de la Transición –verdadero mojón de la historia de España que marca el inicio del antes y el ahora, de la España moderna, democrática (y aún católica) y la barbarie anterior y exterior-
Yo, desconfiado que es uno, estoy bastante alarmado con lo que veo y por lo poco que conozco la condición humana, tengo miedo de que sea cierto aquello de que quien olvida su historia esta condenado a repetirla. Al fin y al cabo solo han pasado 76 años desde que nos matamos los unos a los otros en este país (con uno de los bandos defendiendo el fascismo) y 38 desde que se acabaron 40 años de dictadura del bando ganador (fascista). Será quizás que no queremos mentar a la bicha para no invocarla?, será que no solo tenemos que parecer democráticos sino también serlo? Mi abuelo decía que las cosas nunca pasan hasta que pasan. Al tiempo

jueves, 12 de septiembre de 2013

Herencia recibida a beneficio de inventario



Yo no voto al PSOE, quiero que se juzgue a los responsables de los ERES y coreé “no nos representan” bajo la bandera del #nolesvotes en el 15M cuando gobernaba el PSOE. Dicho esto hablemos de la Herencia socialista (a partir de ahora la Herencia).

Cuestión 1: ¿de verdad creen los que achacan todos los males del país a la herencia socialista que la quiebra de Lehman Brothers no tuvo nada que ver? ¿Creen que la influencia de Zapatero para hundir la economía alcanza a todo occidente?

Cuestión 2: teniendo en cuenta que en el momento de la crisis muchas comunidades autónomas estaban gobernadas por el PP (entre ellas algunas de las más endeudadas), ¿no comparten también responsabilidad en la Herencia?

Cuestión 3: parece claro que la deuda que nos arrastra es más privada que pública, sobre todo de los bancos y cajas de ahorros que ha habido que rescatar y cuyos consejos de administración estaban plagados tanto de peperos como socialistas (y otros pero mayoritariamente peperos), ¿porque entonces, de nuevo, la Herencia es solo socialista?

Cuestión 4. Teniendo en cuenta que las políticas de ambos partidos en lo que economía se refiere son virtualmente indistinguibles y que en sus principales herramientas están sometidas a lo que diga la Unión Europea, ¿que otros derroteros podría haber tomado un gobierno del PP ante el inicio de la crisis? ¿Bajar los impuestos?

Cuestión 5. ¿cuánto tiempo hace falta para pagar las deudas de la citada Herencia? ¿Qué se supone que hemos de pensar cuando casi dos años después del milagro que prometía el PP nada más llegar al gobierno, los números hablan de un agravamiento en todos los frentes?

Cuestión 6: ¿Cómo se compagina reducir el presupuesto de Sanidad, educación, Investigación y un largo etcétera con regar a los bancos y cajas de ahorros con una lluvia de 100.000 millones de euros (hay quien lo aumenta hasta 1.359.809 millones) de los cuales 42.500 los da el propio Banco de España por perdidos? ¿No está en el mismo centro de la filosofía neoliberal, que ahora respiramos, la menor intervención estatal en la iniciativa privada? ¿No debería por ello hacerse responsable de los riesgos que corre? ¿COMO ES POSIBLE QUE LOS BANCOS SIGAN ARROJANDO BENEFICIOS Y SUS RESPONSABLES COBRANDO CANTIDADES SONROJANTES CUANDO YA NADIE DUDA DE SU RESPONSABILIDAD EN LA CRISIS, Y SIN EMBARGO NO HAYA NI UN RESPONSABLE EN LA CARCEL? ¿Y qué tiene que ver eso con la herencia socialista? Y si, como creo, el PSOE efectivamente protegió descaradamente sus intereses, ¿en qué les diferencia eso del PP? 

Cuestión 6: ¿Cómo se compatibiliza recurrir constantemente al argumento de la Herencia socialista con esto?

Cuestión 7: El hecho de llevar 20 años recibiendo donaciones ilegales, sobresueldos no declarados e incurriendo en el delito de cohecho, así como el hecho de que el PP lleve financiándose ilegalmente al menos las dos últimas campañas (con las dudas que eso plantea sobre la legitimidad de su elección), según parece deducirse de lo declarado por su ex-tesorero Luis Bárcenas, ¿es también producto de la Herencia socialista?

Cuestión 8: ¿No hay nada que decir de la herencia del mandato de Aznar y su liberalización del suelo?

Dicho esto solo me queda recordarles del refranero español aquello de que lo cortés no quita lo valiente. El PSOE no solo lo hizo mal; traicionó a quienes creen en el socialismo como la filosofía que pretende la supresión de las desigualdades sociales. Ha demostrado que sus intereses no son muy diferentes de los del PP y que actúa de mera comparsa para dar pábulo a la entelequia de que tenemos capacidad de elegir, de que la soberanía está en el pueblo. Sea como fuere los que sufrimos en nuestras carnes la Herencia –de unos y de otros- contemplamos atónitos al juego de reproches infantiles mientras vemos que, poquito a poquito, nos vamos haciendo más miserables, mientras que ellos se van evadiendo, poquito a poquito, de nuestra realidad. Y oiga usted ¿no podría yo solicitar la herencia a beneficio de inventario?

#nolesvotes #PPSOE

viernes, 30 de agosto de 2013

CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 2014 (I). TITULO PRELIMINAR


Artículo 1
1. España se constituye en un Estado laico, social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
3. La forma política del Estado español es la República parlamentaria. Quedan por tanto derogados los artículos contenidos en el Título II junto a la figura del Jefe de Estado.

Artículo 2
La Constitución se fundamenta en la libre unión de los distintos pueblos que componen el Estado Español, sin que ello suponga menoscabo del derecho a la autodeterminación, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Artículo 3
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Artículo 4
1. La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y morada, las tres del mismo ancho.
2. Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.

Artículo 5
La capital del Estado es la villa de Madrid.

Artículo 6
Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos, en los términos que la ley establezca.

Artículo 8
1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
2. Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución.

Artículo 9
1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.
2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.
3. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.


(Nota. las correcciónes añadidas al texto de la Constitución de 1978 se mostrarán en verde, mientras que los artículos derogados en posibles entradas posteriores se marcarán en rojo)

lunes, 29 de julio de 2013

Ocho razones para votar al PP


Hay que aceptarlo; el negocio no ha funcionado, porque, admitámoslo, el proyecto vino viciado desde su origen, o quizá se torció cuando dejamos que las mentalidades más torticeras se hicieran con los mandos de la nave. Quizá el problema fue que no supimos dar el paso cuando tuvimos oportunidad y ahora arrastramos años de errores como las cadenas de un fantasma. El caso es que este país es un fracaso; ha fracasado en el único y sagrado mandato de un país: procurar la felicidad de sus habitantes. Tanto es así que, si bien el abuso de poder es parte insoslayable de nuestra idiosincracia, hemos llegado a un punto donde los que mandan ni siquiera intentan disimular que barren para casa. El fin último del gobierno no es ya, abiertamente, procurar el bienestar de sus conciudadanos sino salvar los muebles, los suyos propios.
Tanto descaro institucional ha traído consigo el cabreo monumental de los gobernados. ¿Todos? No una pequeña aldea gala sigue defendiendo a capa y espada la labor de un gobierno que ya ni siquiera defiende con convicción sus actuaciones. Todos conocemos a alguien que justifica e incluso ensalza ese desastre democrático llamado PP, en una actitud cercana a fenómeno believer. Pero si hay quien defiende al maltratador, cuando de lo que se trata es del sistema nacido de la llamada transición, entonces las defensas se vuelven numantinas.
No escasean en las redes sociales –único foro de opinión que escapa a la CT por ahora- los adjetivos a quienes describo en el párrafo anterior. Se les califica de tontos para arriba. El animal mítico “votante del PP” se ha convertido por derecho propio en un personaje de la Comedia del Arte que diariamente se interpreta en Twitter. Respondida furibundamente por aquellos que aún se atreven a llevar a gala tal condición.
Y sin embargo la realidad siempre es más tozuda de lo que pretenden dos posturas enconadas. Yo conozco gente buena, honrada y hasta muy inteligente que, para mi estupor, defiende la política del PP.
¿Cómo es posible? ¿es que no viven en el mismo país en el que yo vivo? ¿no leen diariamente los atropellos de Rajoy y su banda de ladrones?¿no ven a su alrededor como la pobreza va inundando las calles como una marea imparable? ¿No les han bajado el sueldo o subido los impuestos?¿no conocen a nadie cercano en paro?¿no tienen sentido de la ética, de empatía con los mas desfavorecidos? ¿de verdad les convence el proyecto neoliberal de Aguirres y Camps con sus casinos y sus pelotazos? ¿dónde perdieron el espíritu crítico y aceptaron esta realidad como un hecho inexorable?¿Será que tienen su parte en el reparto de beneficios y si es así como acallan su conciencia?
Reflexionando sobre el tema y de entre las escasas conversaciones que he mantenido con un defensor del PP (no se prodigan mucho en argumentos y rehúyen la mirada con cierto atisbo de culpa) me dispongo a bucear entre las posibles causas de este fenómeno, asumiendo que su complejidad escapa a mis posibilidades, pero también que no puede reducirse a “los votantes del PP son idiotas”.

1.    Orgullo
Que nadie se escandalice, el orgullo es uno de los pecados capitales más extendidos y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. A nadie le gusta que le enmienden la plana y una de las más humanas y españolas reacciones es reafirmarse en el error: estaré en un error, si, pero el error es mio y lo defiendo hasta la muerte.  Por otra parte se trata de un error de transcendencia tan enraizada en nuestra configuración del mundo y su organización que aceptar su existencia supone una seria crisis de personalidad y valores para mucha gente, y eso amigos, da vértigo.

2.    Identidad
A un sector de fanboys del PP le definen los toros, el Real Madrid y ser católico. Eso configura su personalidad y su lugar en el mundo y en la historia. Eso es lo que somos dicen, eso nos diferencia de los demás seres humanos, defienden, por eso somos los mejores, a que quieres que te gane, yo soy español, español, español. El PP representa todo esto, es el partido de la tradición y de la iglesia. Cierto que este perfil, aunque lejos de ser una parodia, no es sobre quien intenta arrojar luz este artículo, pero ¿a quien no se le ha saltado una lagrimita con el gol de España en la final del mundial? ¿ quien no ha sacado pecho al escuchar un paso doble en una fría ciudad del norte de Europa? Eso siempre lo ha sabido explotar muy bien el partido conservador. Por otro lado la identidad siempre se fundamenta en un “otro” diferente que se ha querido personificar en la izquierda. El hecho de que el PSOE tenga de política de izquierdas lo que yo de arzobispo y de que la única diferencia entre los partidos mayoritarios se reduzca a una retórica hueca progre en uno y un patriotismo cutre en otro no resta, por lo visto, un ápice de eficacia a la ecuación.

3.    Miedo
Entramos aquí en aguas de mayor calado. Se trata de un pulso mucho más subterráneo, tácito y sobreentendido. Algo cuyo nombre se evita para no invocar a la bicha. Creo que la posibilidad de que la degeneración de la situación política en España desembocase en un conflicto violento planea sobre la determinación de mucha gente de mantener un poder estable en el gobierno a cualquier precio. Por supuesto la alternativa a los dos partidos mayoritarios se entiende como una incursión temeraria hacia el vacío de poder. En el fondo se teme que cualquier chispa pueda prender una sociedad cuya cohesión es en el fondo mucho más débil de lo que se nos ha querido vender y cuyas heridas, tan profundas como puede dejar una guerra civil, nunca han sido reparadas en justicia. Es miedo lo que evita que se juzguen crímenes de guerra (que por su propia naturaleza no prescriben) y no una hipócrita apariencia de estabilidad. Y mientras decidimos que abandonar la mesa daría una mala impresión de inestabilidad, el barco que contiene el comedor se hunde.

4.    Conflicto generacional
Existe no una, sino varias generaciones, que han visto como se les denegaba sistemáticamente el acceso como parte activa a la sociedad: en España no existe relevo generacional. Se les niega desde luego, formar parte de nada que detente una cuota de poder y de decisión real en cualquier ámbito. Comprueben la media de edad en cualquier institución de nuestro país. Miren a nuestros políticos (sobre todo aquellos que son cabeza de lista y cuyos pies han de lamer quienes aspiren a un silloncito público, cortesía de las listas cerradas). Pero también han (hemos) sido excluidos de los círculos de mayor poder adquisitivo, si no tuvimos la suerte, claro esta, de nacer donde el dinero ya abundaba. Se nos ha prohibido el acceso a una vivienda que si que pudieron disfrutar nuestros padres. Hasta en lo cultural las preferencias de los jóvenes son tratadas bien como subcultura, o bien, si tienen la osadía de entrar en el mundo de los mayores, como anécdota del dominical del fin de semana (donde se destaca como virtud la juventud del interfecto, que vivirá encerrado en una espiral de concursos para (ponga aquí su disciplina de alta cultura) novel hasta los 45 años). Las personas que defienden al PP y cuya capacidad intelectual no pongo en duda suelen rondar la cincuentena, lugar desde el que, por lo visto, no se llega a divisar lo que ocurre veinte años más atrás.

5.    La lógica del esclavo
De entre todas las explicaciones esta es la que más me cuesta entender. Es esta la actitud de quien delega su propia vida en manos de otros porque “doctores tiene la iglesia” Y sin embargo yo mismo he vivido bajo este espejismo. Consiste en suponer que decisiones son correctas porque quien las toma lo hace en virtud a razones que solo ellos conocen por el hecho de detentar el poder. Aunque en apariencia la decisión sea injusta y de una miseria patente, hemos de creer que motivos que escapan a nuestro entendimiento, y que en el fondo buscan nuestro bien, subyacen en el fondo, tanto si se decide subir el sueldo al presidente de turno como entregar 39 mil millones a fondo perdido a los bancos. Occam con su navaja y 6.000 años de historia de la humanidad contradicen esta ilusión. Más bien llevamos 6.000 años intentando defendernos de quien tiene el poder. No era raro antes de las elecciones que dieron el gobierno a Rajoy oír que había que dar facilidades a los ricos para que crearan empleo para los pobres. Quien escribe esto tuvo que oírlo personalmente de manera casi textual. ¿Recuerdan el personaje de Samuel L. Jackson en Django unchained? Pues eso.

6.    El hechizo de lo convencional
Es cierto que como sociedad llevamos prácticamente 75 años en paz, si exceptuamos los atentados terroristas. Teniendo en cuenta que 40 de esos años se mantuvieron así a costa de los mas elementales derechos y libertades y que 30 restantes están resultando un negociete para dar apariencia de democracia a lo que no era otra cosa que cambiar todo para que todo siga como siempre, la perspectiva pasa a ser algo desalentadora. Pero lo cierto es que hay gente que lleva toda su vida sumergida en una placidez que parece venir de siempre y continuar para siempre. Rajoy, ladino él, ha explotado constantemente esta falsa sensación de estabilidad encarnándose en el gobierno del sentido común, de lo que Dios manda, de lo que siempre ha sido así en definitiva. Si analizamos con calma estos 75 años sin creernos por que si lo que dicen los medios convencionales, llegamos a dos conclusiones: la placidez no era compartida por todos por igual y 75 años no son nada que diría el tango, y el cisne negro –ese que no se tiene en cuenta en las apuestas porque nadie le espera- esta a la vuelta de la esquina. Mucha gente se niega a vivir fuera de matrix porque no conoce otra cosa y sea lo que sea lo que hay fuera es amenazador. A pesar de que la burbuja que nos contiene esta a punto de resquebrajarse por puro agotamiento, y porque hemos abusado de ella sin piedad, desde el principio.

       7.  Funcionarios sindicalistas borrachos y violadores
Existe una construcción generalizada del estereotipo del militante de izquierdas como una persona vaga, que vive de subvenciones, con tendencia a la vida disoluta, y a la extravagancia injustificada. Un ser en definitiva volátil y al que se engatusa fácilmente con filosofía barata, pseudociencia y demagogia humanista. ¿Saben que? Ese personaje existe y da grimilla. Pero ocurre que por cada adjetivo aplicable a la izquierda existe su contrapunto en una derecha casposa, reaccionaria, impermeable a nuevas (y no tan nuevas) ideas, supersticiosa y beata y agarrada a unos estereotipos estéticos que nada tienen que envidiar a los perroflautas. Como siempre entre los extremos hay vida, y lo peor es que en este debate se olvida la munición más importante: los argumentos y las ideas que con tanto ad hominem ni están ni se las espera.

        8. ¿Razón?
¿Y si algunos de los que defienden, no ya al PP como si fuera el club de fútbol de sus amores, sino la política del PP tuvieran sus razones? ¿y si realmente la perspectiva del caos que supondría la salida del euro, la caída del sistema financiero o el aumento del déficit público fuera mucho más terrible que la austeridad que padecemos? El debate viene viciado primero por las 7 razones antes expuestas en primer lugar. Pero aunque fuéramos un país serio capaz de hablar del derecho de autodeterminación si apelar a los tanques, la política del PP se apoya en una falsa disyuntiva: primero porque no se puede huir del caos huyendo hacia un caos mayor: todos los indicadores apuntan a que las políticas de austeridad son un suicidio, y eso dejándonos fuera otros indicadores menos económicos. Sea como fuere es difícil justificar éticamente el hecho de inyectar millones de euros a bancos a fondo perdido, que sus responsables no conozcan ninguna consecuencia después de ser los responsables directos de la ruina de medio mundo y que lo paguemos entre todos con nuestra sanidad, nuestra educación y nuestros impuestos.

Sospechamos que estos señores no tienen mucha idea de lo que están haciendo y que, si fuéramos mal pensados, nos parecería que lo que realmente están haciendo es apuntalar un sistema que garantiza los privilegios de unos pocos. Por que quizá es eso de lo que siempre ha tratado esto; los privilegios de unos pocos.